Enrique Cohen, Gerente de Proyectos Arquitectura y Concreto; Rodolfo Ulloa, Arquitecto Restaurador; Martha González, Arquitecta; Gerardo Arcos, residente de obra y Jorge Ojalvo, director de obra.
La histórica construcción, próxima a cumplir 100 años, fue restaurada y está buscando un restaurante aliado para que bogotanos y visitantes tengan la oportunidad de conocer y recorrer este mágico espacio ubicada en una de las zonas más tradicionales de Bogotá.
Luego de una intervención de dos años y medio en la que participaron más de 40 personas en diferentes frentes, y con una inversión cercana a los $5.700 millones de pesos, se entregará próximamente totalmente restaurada la casona Villa Adelaida considerada Bien de Interés Cultural Nacional.
El proyecto es que a futuro la casona, que cuenta con 6.400 mt2, funcione como un restaurante ya que según el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) esta actividad está entre las que más se ajustan a las dinámicas del sector; “además es ideal para convertir el lugar en un espacio de visita para ciudadanos y turistas.” aseguró Rodolfo Ulloa, arquitecto restaurador que estuvo a cargo del proyecto.
Por esta razón, la obra contempló equipar la estructura con los requerimientos necesarios para las actividades propias de una empresa gastronómica. “Se adaptó el sótano como una amplia zona para ubicar cuartos fríos, cuenta con ascensores montaplatos, un solárium con una zona cubierta en vidrio y pequeños salones para reuniones más privadas; además seguirá contando con el parqueadero en la parte de atrás con acceso directo a la casa.” Indicó el arquitecto Ulloa.
Villa Adelaida no solo se convertirá en un patrimonio restaurado que guarda entre sus paredes cientos de historias y miles de recuerdos, sino también en un nuevo atractivo turístico y gastronómico para los visitantes a la capital del país.
Cien años de historia
Su historia data de 1917, cuando Agustín Nieto Caballero, fundador del Gimnasio Moderno, le encomendó al arquitecto Pablo de la Cruz construir una casa para su familia en un predio que para esa época quedaba a las afueras de Bogotá.
En 1970 pasó a ser la discoteca La Cueva donde se presentaban famosos artistas como el recordado presentador y músico Jimmy Salcedo y sus esbeltas bailarinas, las Supernotas.
Más tarde se inauguró el Barón Club que en poco tiempo se convirtió en el sitio predilecto para hacer banquetes y recepciones hasta que le dio paso a El Gran Vatel, el restaurante más famoso en la historia de la capital.
Con el crecimiento de la ciudad, hoy la casona hace parte de uno de los sectores más exclusivos en el corredor de la carrera 7 entre las calles 70 y 70ª.
De acuerdo con Rodolfo Ulloa, la renovación incluyó el reforzamiento de la estructura y cambio de las vigas “para garantizar su conservación por otros cien años” aseguró.
La restauración implicó remover muros y otras obras hechas de forma irresponsable por dueños anteriores para recuperar el diseño panóptico de su interior, que permite ver todos los salones desde el salón principal.
Con la ayuda de Gloria Nieto de Arias, una de las hijas de Nieto Caballero y las fotografías que ha proporcionado, se logró reconstruir el diseño de los vitrales originales, las cenefas y detalles de varias imágenes, así como los objetos de madera, que fueron tallados in situ, tal y como lo hicieron a principios del siglo XX.